Volver a empezar: Retomar Rutinas con niños después del verano

Nadie duda de la importancia de Rutinas y Hábitos en la educación de los niños/as. Mediante las rutinas los pequeños van conociendo el entorno que les rodea, se sienten más autónomos, superan sus miedos e inseguridades ante lo desconocido y también seguros, tranquilos y confiados. Los buenos hábitos y rutinas son además una fuente de salud.

A lo largo de los dos primeros años de vida es cuando se establecen horarios, rutinas y normas de alimentación, higiene, sueño, juego y aprendizaje.

Durante las vacaciones las rutinas se vuelven más flexibles; cambian las horas de las comidas, nos acostamos más tarde y también madrugamos menos. Por eso los pequeños necesitan un tiempo de adaptación a la vuelta del verano.

Éste período de adaptación suele durar hasta 15 días, en los cuales el niño puede presentar cambios en su comportamiento como:

– Nerviosismo.

– Rabietas.

– Cambios de Humor.

– Falta de sueño.

– Falta de apetito.

Mi pequeño de 10 meses ha empezado esta semana la Escuela Infantil de nuevo, aún es un bebé y no puedo explicarle lo que está pasando, pero nota que las cosas han cambiado mucho. La semana pasada estaba en la playa, todo el día con mamá y papá, también con los abuelos; todos muy relajados. Esta semana hemos vuelto a madrugar, a los horarios de la Escuela Infantil, a sus rutinas también… Mamá y papá ya no están todo el tiempo con él… Los cambios que he notado en él han sido varios:

– Cuando estamos en casa no quiere perderme de vista ni un sólo instante, llama mi atención constantemente.

– Le cuesta más dormirse, está intranquilo y no quiere quedarse sólo en su habitación, cuando antes se dormía sin que yo estuviese allí sin ningún problema.

¿Qué podemos hacer para que la vuelta a las Rutinas sea positiva?

– Si el niño/a tiene edad suficiente para comprender, explicarle verbalmente que vamos a volver a las rutinas anteriores a las vacaciones; colegio, acostarnos antes…

– Mantener la calma y no perder la paciencia, a todos nos cuesta adaptarnos a los cambios y a los niños/as, todavía más si cabe. Todo lleva su tiempo.

– Rutina del sueño: Acomodar la hora de ir a dormir y la de levantarse paulatinamente, no de un día para otro. Comenzar unos días antes de que acaben las vacaciones a levantarse un poquito antes. Para que el niño/a pueda dormirse antes, tratar de mantenerlo más activo. Organizar actividades por las tardes como nadar y montar en bici que requieren cierto esfuerzo físico e ir bajando progresivamente a lo largo  de la tarde su intensidad. A última hora de la tarde y comienzo de la noche, realizar actividades relajantes como escuchar música tranquila o leer cuentos. Por último, un baño en agua tibia no viene nada mal.

– La rutina de la comida: Este cambio suele ser más brusco, ya que muchas veces, no depende de nosotros, sobre todo si nuestro hijo/a va a la Escuela Infantil o al Colegio. Los primeros días puede que el niño/a sufra algún  pequeño trastorno y coma menos. Es sólo una cuestión de horarios que el organismo asimilará en pocos días.

– La Rutina de la Escuela Infantil o del Colegio: Normalmente todas las Escuelas Infantiles y Colegios, ya tienen previsto dentro de su Programación su propio » Período de Adaptación», con horarios más flexibles y actividades de bienvenida para que el niño/a se vaya acostumbrando poco a poco a la vuelta a las clases.

¿Cómo vivís vosotros la vuelta a las rutinas? ¿Teneis algún «truco» para que sea menos dura? ¿Habéis notado cambios en vuestros hijos/as o alumnos/as? Vuestra opinión es importante para mí.:)

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Mi abuelo me mima: Sobreprotección vs Autonomía

Esta semana me he encontrado en el colegio con el NO TAN EXTRAÑO caso del ABUELO SOBREPROTECTOR, pero llevado al límite de lo irreal. Una de las niñas de mi clase (4 años), sufre el acoso continuado de un abuelo sobreprotector. “Acoso continuado” o bullyng (muy de moda en T.V.) , así es como califica el abuelo de la niña a alguna “peleilla” de niños que discuten porque quieren el mismo rotulador rojo o que se gritan “Tonto” porque uno de ellos ha cogido el rodillo de la plastilina y no lo quiere compartir.

Éste no es un caso tan aislado como podría pensarse, de hecho, casi a diario surgen en el aula voces de abuelos o padres indignados. Lo sorprendente e irreal de este acontecimiento es que al hablar con los padres de la niña de lo sucedido e informarles de las “quejas” del abuelo ellos se han desvinculado totalmente de las opiniones del abuelo calificándolo de “DEMASIADO SOBREPROTECTOR”. Y lo realmente escandaloso, es que la niña pasa la mayor parte del día con los abuelos porque sus padres trabajan y la recogen a la hora de cenar. Y no digo que sea escandaloso porque los abuelos se hagan cargo de la niña, hoy en día en casi todas las familias ambos padres trabajan y hay que ingeniárselas cómo se pueda para que el niño esté lo mejor atendido posible mientras trabajamos. Es escandaloso porque tienen ideas totalmente diferentes de cómo quieren educar a la niña, los padres quieren que sea autónoma e independiente; el abuelo tiene miedo a que la niña sufra o se haga daño y la sobreprotege en exceso.

A ser independiente y autónomo se aprende. Los educadores (padres, profesores, abuelos…) somos los responsables. Los educadores sobreprotectores se anticipan a las acciones del niño y no le dejan hacer las cosas solo. Lo hacen porque no quieren que sufra o se haga daño y piensan que de esta manera lo cuidan mejor o lo quieren más. Los educadores NO sobreprotectores queremos que nuestros hijos o alumnos sean independientes y que desde pequeñitos no dependan de los demás, que sepan desenvolverse en sus rutinas diarias, que tengan pequeñas responsabilidades que les ayuden a crecer, sepan defenderse y también luchar contra los problemas que puedan surgir. Ser NO Sobreprotector no es nada fácil, muchas veces tienes que luchar contra ti mismo para no hacer las tareas o pequeñas responsabilidades de esa personita, es más fácil y también más rápido. Pero nuestro objetivo es que ese niño cuando crezca sea independiente y tenga éxito en lo profesional y personal, en definitiva, que sea FELIZ.Imagen