Esta mañana he leído un post del blog http://www.escuelaenlanube.com titulado ¿Por qué llamarlo «X» si podemos llamarlo TDAH? que nos habla sobre el aumento de los diagnósticos de niños-as con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención y/o Hiperactividad) que cataloga de «moda» en muchos casos, ya que no todos los niños-as que no saben atender padecen un TDAH, simplemente pueden sufrir una falta de concentración.
Después de leerlo me he parado a pensar sobre algo que muchas veces me he planteado: El peligro de etiquetar a un niño-a, ya sea en una valoración psicopedagógica- médica o en el día a día. Hay que ser consciente de que si colocas un «cartel» a un niño-a de 6 años, diagnosticándolo como TDAH o simplemente catalogándolo como «desobediente», esta «etiqueta» lo marcará para el resto de su vida escolar y familiar y condicionará su manera de ser y de actuar.
¡Cuidado con las afirmaciones acerca de un niño-a! Una de las primeras cosas que me enseñaron en mis años de Universidad ( y creo que una de las más útiles) fue no realizar nunca afirmaciones del tipo «Eres malo», «Es muy nervioso», «Eres agresivo»…. Ese «ES» supone colocar a un niño-a muy pequeño una pesada «Etiqueta de Identidad» que le hará adoptar esa manera de ser y comenzará a asumir como suyas las conductas que se derivan de ese «nombre».
Me niego a pensar que ningún niño-a sea «malo», pero si se lo repetimos a diario acabará por convencerse de que sí lo es. Cuidado con las palabras que etiquetan, condicionan la forma de actuar de los pequeños.
– Un niño no es malo; no se está portando bien en ese momento.
– Un niño no es agresivo; está teniendo conductas agresivas.
– Un niño no es nervioso; hoy está más alterado.
Lo importante es que reflexione sobre su comportamiento, pero que éste no se convierta en algo que no se puede modificar, se trata de algo que ocurre en ese momento, pero que no define su identidad.
Para terminar, me gustaría plantearos algunas preguntas: ¿Siempre actuáis igual ante la misma situación? ¿Cambia vuestra manera de comportaros dependiendo de las personas con las que os encontráis? ¿Condicionaría vuestro comportamiento que desde niños hubiérais escuchado decir que SOIS MALOS? Ahí es donde está el peligro de ETIQUETAR.
Buen comentario… pero … como docente tengo que decir que esa «etiqueta»….. pocas veces se aplica dado que con el niño se trabaja (trabajaba) individualmente (en función de las leyes educativas/ influjo político) e ideas preconcebidas que pocas veces se pueden llevar a la práctica…
Una función que empezó siendo docente, pero en nuestros días… no sólo es escolar si no también psicológica, psiquiátrica, social….. perfiles profesionales que se van aprendiendo y perfeccionando únicamente con a la práctica (y poco de teoría ) educativa/social/psicológica práctica del día a día….es esto ser maestro? ¡no quiero ocupar papeles que no sé desempeñar, que nadie me ha enseñado y que otros además, podrían hacer y se encuentran bien preparados para ello! (pero….. dónde han ido esos profesionales que hace unos años aparecían en la escuela pública y poco a poco han ido liquidando?…)
Además hay que añadir a esto que …..la función docente se ha convertido en un foco de crítica social (¡¡cuántas vacaciones y qué bien viven los funcionarios, eh!!) por cierto… ¿qué hago yo hablando de eso en pleno mes de julio, pero si estoy de vacaciones…… ¿no?) Mi colectivo no da de sí, no deleguéis en la escuela vuestras funciones familiares…
Y sí, en Finlandia no se mandan ni deberes!! ¡qué crueles y severos somos! ….¿conocéis los valores de esa sociedad? miremos y aprendamos…
Hola Lola!! Estoy de acuerdo contigo en que en ningún caso la escuela tiene que sustituir funciones que son exclusivas de la familia. Pero creo que no me he expresado bien en este post, o al menos no has entendido mi reflexión , en ningún caso ataco a los profesionales de la educación, ya que yo soy uno de ellos, soy maestra y psicopedagoga, además de madre. Mis palabras están encaminadas a que todos los educadores fijemos nuestra atención en la importancia de nuestras afirmaciones y cómo pueden influir en niños tan pequeños. Un saludo y disfruta de tus vacaciones!!
Belén,
Me ha gustado tu artículo. Me parece que es un vicio de la especie humana, tal vez por lo que somos animales sociales. Necesitamos saber con quién formamos grupo o comunidad. Por eso estamos catalogando –más unos que otros– a quien se nos pone ante nosotros: sea alumno, compañero, pareja, familiar… Soy educador en el ámbito de adulto y tampoco prescindimos de las etiquetas. Reveladora esta campaña: RE https://twitter.com/Txaumell/status/357944444324036609
Saludos,
Jaume gracias por tu comentario, estoy totalmente de acuerdo en que lo de «catalogar» es una costumbre de la especie humana que no nos beneficia en nada. Me parece muy interesante el trabajo con personas adultas, algún día me gustaría probar:)
Es que es un vicio creado por una sociedad simplista y vaga que prefiere colgar una etiqueta antes de establecer un análisis individual de cada persona… porque además a que no verás etiquetas positivas? Ahhhh, y por qué si para el sentido contrario? Ummmhhh. Vicios de la sociedad…. Odio las etiquetas incluso para los adultos, cuanto más para un niño que como bien dices, es una pesada carga que dificulta la autoestima que está forjando!
Me ha gustado mucho tu reflexión! Feliz fin de semana!♥
Interesantes datos, los felicito por los comentarios y sigamos investigando que es una acción innata que descubrimos desde niños.
Muchas gracias por tu comentario que me anima a seguir aportando a este blog mis reflexiones acerca de la educación. 🙂